El aumento de las tareas en el backlog es el principal problema que enfrentan todos los responsables del desarrollo de aplicaciones, lo cual, además de generar ineficiencias y reducir la productividad, puede causar insatisfacción en el equipo y disminuir la satisfacción laboral, provocando pérdida de valor en los recursos y una gestión más compleja.
El backlog de desarrollo típico incluye cuatro categorías principales de actividades:
Funciones y mejoras funcionales: nuevas funcionalidades solicitadas por los usuarios o el negocio, a menudo fragmentadas en subtareas técnicas complejas.
Mantenimiento correctivo: errores, fallos del sistema y vulnerabilidades de seguridad que requieren intervenciones urgentes.
Deuda técnica: reestructuración de código heredado, optimizaciones de rendimiento o actualizaciones de bibliotecas.
Solicitudes operativas: adaptaciones a nuevas normativas (por ejemplo, GDPR), integraciones con sistemas externos o migraciones a la nube.
Estas actividades se acumulan debido a tres factores recurrentes:
Priorización ineficaz: el equipo carece de criterios claros para clasificar las tareas, lo que lleva a decisiones basadas en urgencias del momento en lugar de en el valor estratégico.
Cambios continuos en las especificaciones: la variabilidad de las necesidades del negocio lleva a cambios continuos en los requisitos y modificaciones constantes de las especificaciones.
Rigidez de las herramientas tradicionales: el desarrollo manual con lenguajes como Java o .NET implica ciclos de desarrollo de varios días, lo que alarga la duración de los sprints.
Las características del Low-Code pueden aportar beneficios a todas las categorías de actividades del backlog, simplificándolas o incluso eliminando aquellas de menor valor agregado, permitiendo ahorrar días de trabajo.
Funciones y mejoras funcionales
Con plataformas como WebRatio Platform, la creación de nuevas funcionalidades se realiza mediante modelos visuales (IFML) en lugar de código tradicional. Este enfoque reduce el tiempo de desarrollo y lo hace más eficiente, ya que facilita la comprensión de los requisitos entre el área de negocio y TI.
Mantenimiento correctivo
El Low-Code reduce los errores mediante:
a. Generación automática de código: la calidad del código está garantizada por la generación automática de WebRatio Platform, evitando errores humanos y de formato gracias a las reglas de escritura adoptadas por la plataforma y validadas automáticamente.
b. Depuración visual: el mapeo gráfico de los flujos permite identificar anomalías sin necesidad de análisis línea por línea.
Deuda técnica
La actualización del código de aplicaciones heredadas con Low-Code se delega a la plataforma: basta con actualizar WebRatio Platform a la última versión y volver a generar la aplicación para actualizar el código subyacente. Además, la posibilidad de reutilizar módulos IFML evita tener que duplicar los modelos visuales y reescribir el código generado.
Solicitudes operativas
La productividad y flexibilidad de WebRatio Platform permiten resolver solicitudes operativas con mayor rapidez, integrando fácilmente nuevas funcionalidades o sistemas externos.
Al mismo tiempo, el Low-Code puede reducir o eliminar los factores que contribuyen al crecimiento del backlog.
Priorización ineficaz: el Low-Code permite un enfoque impulsado por el negocio, es decir, implementar aquellas funcionalidades críticas para que la aplicación cumpla su objetivo. Gracias a una mayor productividad y calidad del código, las urgencias se reducen o se resuelven rápidamente, dejando más tiempo para el diseño, la innovación y el enfoque en los objetivos estratégicos.
Cambios continuos en las especificaciones: con Low-Code es posible desarrollar rápidamente incluso con requisitos poco definidos, para luego ampliar funcionalidades basándose en la retroalimentación de los usuarios en campo, haciendo el desarrollo más receptivo a los cambios del negocio.
Rigidez de las herramientas tradicionales: la productividad y simplicidad de las plataformas Low-Code permiten adoptar un enfoque de desarrollo ágil, con sprints rápidos, sin necesidad de documentación extensa y con toda la flexibilidad necesaria.
El lenguaje de modelado IFML (Interaction Flow Modeling Language) hace explícita la interacción entre usuario y aplicación, las acciones, los recorridos de datos y usuarios, la experiencia digital y las funcionalidades clave. Así, el desarrollador permanece siempre enfocado en la prioridad principal: el correcto funcionamiento de la aplicación para permitir que el usuario realice las acciones necesarias y obtenga el resultado deseado.
Este enfoque permite mantenerse alineado con los requisitos funcionales que derivan de los objetivos del negocio definidos durante la fase de diseño. Las prioridades de desarrollo, por tanto, coinciden con las prioridades de negocio de la aplicación y, gracias a la visión que ofrece IFML del sistema, se puede identificar de un vistazo qué funcionalidades son clave y cuáles son secundarias para que el usuario en línea obtenga el resultado deseado.
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